miércoles, 25 de junio de 2014

EL FONDO DE LA CUESTIÓN

6:06 p.m.

EL FONDO DE LA CUESTIÓN


La inseguridad (87%), la inflación (61%) y el desempleo (51%)  son hoy las principales preocupaciones de los argentinos en TOP 3 (hasta 3 menciones) esto quiere decir que el 87% de los argentinos, el 61% y el 51% respectivamente las mencionan en primer término al menos 3 veces espontáneamente.

Esto quiere decir que el temor a la desocupación vuelve a ocupar lugares importantes en la mayor parte de la gente como en los años 90’,  apogeo del justicialismo gobernado por Menem y Duhalde; hoy los segmentos bajos C3; D1 y E (medio bajo, bajo superior y Marginal) hicieron ingresar sus preocupaciones entre las ppales de los argentinos y los encuestadores; en 5° lugar y también en TOP3 se encuentra el “acceso a la educación” una novedad entre los primeros lugares de preocupaciones de la sociedad, esto está indicando que hay importantes sectores que no encuentran como insertarse en el sistema educativo, que es el pilar de la movilidad social de una sociedad.
O sea entonces que el desempleo y la inseguridad están antes que la “corrupción” en 4° puesto, cuando antes estaba entre los primeros; estos datos nos muestran que hay un indicador de toma de conciencia importante de lo que significa la “educación y el empleo” sobre todo para los segmentos antes mencionados; hoy los grupos sociales medios bajos y bajos están encontrándose con la posibilidad de las suspensiones, los cierres de fábricas y la desocupación porque la capacidad ociosa de las industrias típicas privadas argentinas orientadas al mercado interno en el rubro alimentario y automotriz está al “tope”. Se requiere “escala” para invertir y profundizar la integración económica con el MERCOSUR y no hay ninguna intención del gobierno de priorizar la relación con Brasil ya que no se  observa que el tipo de cambio indique que nos complementemos con el gigante sudamericano. Esto sucede porque nuestro grupos social burgués de la clase dominante es dependiente de los grupos homónimos agropecuarios; que estoy queriendo decir ?: que dependemos de la soja y los comodities para generar excedentes de dinero que nos permitan cubrir el desfasaje entre compra-consumo y capacidad ociosa de la industria argentina. Nuestros empresarios viven de la venta de sus empresas y de los despidos producidos por ellos. Nuestro grupo social burgués es bastante deficitario, antinacional y con debilidades intrínsecas hacia la corrupción, la especulación y la timba financiera. Muchos de los créditos que otorga la banca oficial a empresas en riesgo o en crisis van a parar a los bolsillos de los dueños que se hacen alguna supercasa en algún barrio privado y no lo vuelcan en la producción de su fábrica o taller. Es muy difícil superar el carácter inflacionario de una economía en una sociedad corporativa como la nuestra donde cada sector se vive cubriendo del otro “a priori”, y a veces sin necesidad.

EL TEMA DE FONDO


Esto nos indica que el ppal. nudo de nuestra sociedad está dado en la “distribución del ingreso”; veamos: en 1983 cuando se va la dictadura derrotada por la guerra de Malvinas el coeficiente “Gini” estaba en el 0.410 (recordemos que este coeficiente mide desigualdad entre 0 y 1, siendo 0 la igualdad total y 1 la desigualdad total); en este marco en 1986 llegamos al 0.310 gracias a las políticas públicas universales del PAN (programa alimentario nacional), la baja de la inflación y gravar la renta financiera y artículos suntuarios, la línea de pobreza en hogares pasó del 29% en 1982 al 11% en 1986, luego volvió a aumentar a partir de 1988; en esos años el 20% más rico de la población se llevaba un 43% de la distribución del ingreso mientras que el 20% menos rico sólo el 6% de los ingresos; la distribución del ingreso estaba “congelada”, con una desocupación abierta del 5% y un índice de trabajo en negro del 25%; con los 10 años de Menem pero especialmente a partir de 1991 con la convertibilidad de Cavallo el 20% más rico se quedó con el 50% de los ingresos y el 20% más pobre se quedó con el 3% de los ingresos, con una desocupación abierta del 20% y un índice de trabajo en negro del 30%.


La aceptación de la convertibilidad por el gobierno de la Alianza lo llevó a un callejón sin salida y a la crisis del 2001 que todos conocemos, pero siempre con una distribución del ingreso,  que solo osciló hacia abajo parecido a  mediados de los 80’ en el 2006; sin embargo volvió a aumentar posteriormente, en este marco entonces lo que tenemos que lograr es generar una nueva distribución del ingreso.
El escenario más ó menos es el siguiente:



 Tenemos aproximadamente 39 millones de población en hogares (según el INDEC censo 2010) de los cuáles un 24% está ubicado en la punta de la pirámide como ABC1 que equivaldrían a 9.550.000 pobladores en hogares que concentran el 63% de los ingresos; luego le sigue el grupo social medio típico y bajo C2 y C3 que representan un 62% ubicado en el segmento medio equivalentes a 23.600.000 pobladores en hogares que concentran el 36% de los ingresos; y finalmente alrededor de un 15% ubicado en la base de la pirámide que equivaldrían a 5.950.000 pobladores en hogares que sólo concentran el 2,5% de los ingresos. Si afinamos un poco más la observación obtenemos que el 7% de la población en hogares en la punta más alta de la pirámide (AB) equivaldrían a 2.800.000 pobladores en hogares concentrando un 36% de los ingresos; esa porción de personas son las que mueven principalmente el “mercado” en Argentina, mercado chico e imperfecto;  también es necesario indicar que el 7% de la población concentra casi la misma cantidad de ingreso  que el 62% de la población en hogares de los segmentos medios (36%).
Entonces este es el tema de fondo, aquí hay que trasferir ingresos para redistribuir mejor sino las crisis cíclicas y los momentos de “stop and go” con los consecuentes escenarios inflacionarios continuarán;  para ello es necesario desde reestructurar el estado, hasta generar un nuevo sistema impositivo:

GRAVAR LA RENTA FINANCIERA. REFORMA IMPOSITIVA.


Hoy en la Argentina los tenedores de plazos fijos y acciones bancarias no pagan impuesto a las ganancias, sin embargo una porción de los grupos sociales medios y medios bajos (C2 y C3) están pagando un impuesto que es injusto como se implementa y a quién se le cobra; en este marco es necesario reformar las escalas y el mínimo imponible,  corrigiendo lo que se dejará de recaudar vía recibo de sueldo gravando los intereses de los Plazos Fijos y las acciones de las empresas;  de esta manera se cerraría el agujero que dejaría la no recaudación del mismo en dichos sectores.

Por otro lado es necesario la inversa de lo que se está proponiendo ahora, no hay que bajar los aportes patronales sino volverlos a subir a los niveles de 1989 (16%) para recuperar fondos en función de la baja de ganancias; en este marco va a ser posible reducir el IVA para los productos de consumo familiar, luego hay que reimponer el impuesto a la herencia y desgravar todos los impuestos al sector agropecuario y sancionar un impuesto único a la tierra libre de mejoras. De esta manera se avanza en evitar que tan pocos concentren mucho y muchos no tengas casi nada. En este marco para finalizar con un auténtico proyecto de transformación es necesario reglamentar el Art. 14 bis de la constitución nacional haciendo participar a los trabajadores en las ganancias de las empresas medianas y grandes; los PPP (Programas de Propiedad Participada) del menemismo fueron un fracaso que en muchos casos burlaron a los trabajadores. Este es el fondo de la cuestión o la cuestión de fondo.

LIC CORNE ROBERTO – SOCIÓLOGO MP 522 


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